EN ESPAÑOL ABAJO
[This is my fifth bilingual travelogue entry, chronicling both my travel experiences and my progress with Spanish in a Costa Rican language immersion program. Note that all grammar errors in the dialogue are mine.]
ENGLISH TRANSLATION FOLLOWS.
[Todos errores gramatical en el diágolo son mios.]
El día siguiente el día cuando conocí Walter, Amable, y el Chihuahua, mi profesora Karen me dio un tour de Turrialba, la ciudad más cerca de mi pueblo de Tuis. En el autobús, hablábamos sobre nuestras vidas. El bus iba muy lleno, y a mí costó concentrar porque las personas me apretaron.
En un mercado grande, compramos productos orgánicos. Yo probé unas cosas nuevas:
-cajeta de coco (muy dulce)
-pejibaye, una fruta cocinado con sal. El sabor era casi similar a papas al horno, pero mejor
http://cdn.crhoy.net/imagenes/2016/09/pejibaye-1-1.jpg
En el mercado, un hombre Americano nos invitó a su libreria. Él me dijo que tenía libros bilingües.
Entonces, caminamos con la lluvia por unas cuadras. Era como la noche miserable en Chicago recientemente, pero ahora, yo no estaba malhumorada. (Aquí, durante la estación lluviosa, estar mojada es una parte normal de cada día. Además, yo tuve una sombrilla esta vez.)
La tienda era tan extraña. Tenía solamente una señal de papel con un número de teléfono. La puerta estaba cerrada con llave. Karen llamo muchas veces, "¡Alo!" Ninguna persona contestó.
Karen llamo al número de la señal. "Estamos en la tienda," ella dijo. "La puerta está cerrada. Ninguna persona está aquí."
Esperamos unos minutos, y una mujer americana llegó. "¿Qué quieren?" ella nos preguntó en inglés.
En inglés, yo respondí, "Busco libros bilingües, y libros para niños en español."
Ella frunció el ceño. "¿Son las mujeres del mercado? ¿Ustedes quieren el libro sobre conjugación?"
"Sí."
"No sé porque él les dijo que hay libros bilingües. Quizás hay algunos."
Ella puso sus manos alrededor de su boca y cuchicheó fuertemente, "En verdad, ustedes pueden encontrar el libro de conjugación más barato en otro lugar. Todas las personas le dicen que sus precios son demasiado caros, pero..."
Ella abrió la puerta y continuó sus quejas. "Además, si él tiene el libro, probablemente no puedo encontrarlo. Ver." Ella nos enseñó las pilas locas de libros. Casi no había espacio para caminar.
"Él no tiene orden. Yo le digo, 'Ninguna va a comprar los libros si no puede encontrarlos."
"Gracias," dijimos, y pasamos a dentro. Entonces, cuatro otros clientes entraron, y debimos turnarnos para caminar entre las pilas.
A pesar de predicción de la mujer, Karen encontró un libro para su hijo y este tesoro para mí:
Uso el libro cada día para mi tarea y para las historias de mi blog.
Antes de salir, el hombre del mercado venía. Él sonreía, y la mujer frunció el ceño.
Me pregunté sobre su relación. ¿Era ella su esposa? ¿Su hermana? En cualquier caso, pagamos y salimos.
Después, comimos algo maravilloso: granizados. Este postre era similar a helado y conos de nieve. Tenía hielo, leche condensada, leche en polvo, y sirope de fruta. En mi opinión, ¡este postre es mejor que el helado!
En la tarde, fuimos a otro tipo de tour, pero es otro cuento.
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The day after I met Walter, Amable, and the Chihuahua, my teacher Karen gave me a tour of Turrialba, the city closest to my town of Tuis.
On the bus, we talked about our lives. The bus was very full, and I had trouble concentrating because people were pressing against me.
In a large market, we bought organic produce. I tried a few new things: sweet dried coconut, and cooked, salted pejibaye, a fruit with a flavor kind of like baked potato, but better.
In the market, an American man invited us to his bookstore. He told me he had bilingual books.
After that, we walked a few blocks in the rain. It was like the miserable night in Chicago recently, but now I was not grouchy. (Here, during the rainy season, being wet is a normal part of every day. Also, this time I had an umbrella.)
The store was very strange. It had only a paper sign with a telephone number. The door was locked. Karen called out many times, "Hello!" No one answered.
Karen called the number on the sign. "We're at the store," she said. "The door is locked. No one is here."
We waited a few minutes, and an American woman arrived. "What do you want?" she asked us in English.
I responded in English, "I'm looking for bilingual books and for children's books in Spanish."
She frowned. "You're the women from the market? You want the book about conjugation?"
"Yes."
"I don't know why he said there are bilingual books. Maybe there are a few." She cupped her hands around her mouth and whispered loudly, "Honestly, you can find the book cheaper in another place. Everyone tells him that his prices are too high, but..."
She opened the door and continued her complaints. "Besides, if he has a book on conjugation, I probably can't find it. Look." She pointed at the crazy stacks of books. There was almost no space to walk. "He doesn't have organization. I tell him, 'No one will buy books if they can't find them.' "
"Thank you," we said, and went inside. Soon, four other customers entered the store, and we had to take turns walking between the stacks.
Despite the woman's prediction, Karen found a book for her son and this treasure for me: "Conjugation: 10,000 Verbs, 90 Conjugations." [Can you believe there are NINETY different conjugation patterns?]
Before we left, the man from the market came. He smiled, and the woman frowned. I wondered about their relationship. Was she his wife? His sister? In any case, we paid and left.
Afterward, we ate something marvelous: granizados. This dessert was similar to ice cream and snow cones. It had ice, condensed milk, powdered milk, and fruit syrup. In my opinion, this dessert is better than ice cream!
In the afternoon, we went on another type of tour, but that's another story.
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